Sobre el caso: COPA DEL REY

Sobre el caso: COPA DEL REY ¿Cuándo¿ ¿Dónde?

jueves, 11 de marzo de 2010

AL MADRID LE TOCARÁ VER LA FINAL DEL BERNABEU POR LA TELE




R. Madrid 1
Lyon 1



El Real Madrid acumula un nuevo fracaso esta temporada. Al de la Copa del Rey suma ahora el de la Liga de Campeones, donde por sexta temporada consecutiva ha sido eliminado en octavos de final. Un desastre para un equipo construido para conquistar la Décima en el Santiago Bernabéu. En esta dinámica autodestructiva en la que se ha metido el Madrid en la Champions, llegará antes la décima eliminación en octavos que el décimo título. Nadie sale más señalado de este fracaso que el técnico, Manuel Pellegrini, pero las miradas no se deben detener en el chileno.

Le despide otra vez un equipo que no está entre los favoritos para ganar la Copa, lo que ya no es ni un problema, empieza a ser una enfermedad. Es un buen equipo el Lyon, pero está lejos de ser de los mejores de Europa. Tiene dos puñales en ataque, como son Delgado y Lisandro, un futbolista muy recomendable, que se maneja con oficio en la Liga de Campeones. Todo lo contrario que el Madrid. En el conjunto de la eliminatoria el Lyon fue mejor y mereció la clasificación. Una vez más, el Madrid se marcha de la que hace años era su competición, su casa por la puerta de atrás. Mientras jugó en equipo tuvo serias opciones de pasar, cuando comenzaron a buscarse soluciones individuales, naufragó. No supo sentenciar cuando lo tuvo todo a favor y terminó pagándolo. Se reclamó un penalti que no fue sobre Higuaín. Si alguien quiere encontrar una excusa a este fracaso, que no la busque ahí.



Pese a todo, el comienzo del Madrid fue bueno, ciertamente ilusionante. A los cinco minutos, Guti recibió el balón en su campo, lo acarició, levantó la cabeza, vio cómo arrancaba Cristiano y le puso un balón perfecto que el portugués convirtió en el primer gol de la noche. Se fue por velocidad de Révelliére y Cris y finalizó metiendo el balón entre las piernas de Lloris. Se juntaron la sutil genialidad de Guti con la genialidad arrolladora del portugués y así debería ser el Madrid, como esa mezcla perfecta.

El Madrid metió una velocidad más que de costumbre a sus acciones en la primera parte y lo hizo con Guti sobre el césped, el hombre que pone pausa a los movimientos del equipo. La razón es simple, lo que se movió fue el balón, que circuló con rapidez en horizontal y vertical. Mostró en la primera parte el Madrid un juego rápido, vertical, pero también elaborado. Supo aprovechar los espacios que concedió el Lyon y ahí se creció Kaká, que encontró su ecosistema favorito con metros por delante.

Completó un buen primer tiempo el Madrid y, pese a que su superioridad se hizo menos evidente con el paso de los minutos, mereció irse a los vestuarios con una ventaja más amplia en el marcador. No ajustó bien el punto de mira Higuaín, que después de un magnífico pase de Granero eludió a Lloris y con la portería vacía envió el balón al poste. Su lamento fue a más poco después, cuando el portero le sacó un tiro abajo. Se llevó además el argentino el reproche de Cristiano, sin nadie a su alrededor y al que debió ceder la pelota.

No hubo demasiadas noticias del Lyon en ataque hasta bien cerca del final, cuando Makoun medio cayéndose no acertó a rematar dentro del área. Pese a todo, la imagen del equipo francés fue mejorando, ganó consistencia en defensa y tuvo más presencia en el centro del campo.

Esa sensación se acrecentó en el segundo tiempo, que lo comenzó el Madrid con ese aire despistado que le invade con frecuencia. Dio aire al Lyon, que ya apuntó buenas sensaciones en el último tramo de la primera parte, presionó con más intensidad la salida de balón del Madrid y le robó el mando del partido. Hizo sufrir al Madrid, que pasó un mal rato al inicio. Avisó Gonalons de cabeza, perdonó Govou dentro del área y puso a prueba Lisandro a Casillas con un misil desde fuera del área que despejó como pudo Iker. El Madrid respondió con una buena ocasión de Kaká. Poca cosa cuando lo que se buscaba era la sentencia.

Comenzó a faltarle el aire a Guti, no apareció tanto Kaká, Higuaín seguía sin tener claro dónde estaba la portería y Cristiano comenzó su particular batalla contra el mundo. Movió sus piezas Pellegrini, que sustituyó al desafortunado Granero por el último héroe, Van der Vaart. Los dioses no estuvieron esta vez del lado del holandés.

La consecuencia a la evidente mejoría del Lyon y al progresivo hundimiento del Madrid fue el gol de Pjanic a falta de un cuarto de hora para el cierre. Delgado combinó con Lisandro y entre éste y Arbeloa le dieron el balón a Pjanic, que batió a Casillas. Una combinación tan simple como efectiva.

Se creyó el Lyon con el trabajo hecho y dio un paso atrás. El Madrid nunca se dio por vencido y volvió a recurrir a su orgullo, a la épica, en definitiva, a los valores que siempre le han distinguido cuando le abandona el fútbol. Sucedió esto ya con Raúl sobre el campo. El capitán entró por Kaká, que hizo visible su enfado por el cambio como nunca antes lo había hecho. La última maniobra de Pellegrini para intentar reactivar una eliminatoria perdida fue meter a Diarra por Arbeloa. Lo que sucedió fue que el Lisandro y Delgado perdonaron al Madrid, que todavía se pudo ir con peor cara. Si eso es posible.
Gol de CR9

Empate del Lyon

miércoles, 10 de marzo de 2010

PELEGRINI APUESTA COMO DIJO CR9

Manuel Pellegrini apostará esta noche ante el Olympique de Lyon por un centro del campo en el que Guti y Granero llevarán la batuta, con Lass de mediocentro defensivo y el brasileño Kaká como enganche con los delanteros.

Ante las bajas por sanción de Xabi Alonso y Marcelo, la única duda por resolver era si el chileno iba a jugar con Granero, Van der Vaart o Mahamadou Diarra. El malí ya jugó en la ida de Gerland para intentar frenar el poderío físico del Lyon y aunque ayer Pellegrini no descartó su presencia en el once -"la última vez que jugaron los dos 'Diarras' ante el Zaragoza ganamos por 6-0"-, esta noche se quedará en el banquillo. Igual ocurrirá con el holandés pese al gran partido del sábado ante el Sevilla. El elegido será Granero para tomar el mando del equipo junto a Guti.

El resto del once será el esperado. Casillas será el portero, mientras en defensa estará Sergio Ramos y Arbeloa en los laterales, y Garay y Albiol de centrales. Arriba la pareja será la formada por el Pipita Higuaín y Cristiano Ronaldo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Disculpen las molestias

Tenemos problemas de conexion con nuestra red.
Disculpenos que lo arreglaremos lo antes posible.
Futbol Top 10

domingo, 17 de enero de 2010

SUPER ATLETI


Remontó el Atleti, sí, y lo hizo como Sinatra: a su manera. Porque si levantarle un 3-0 al Recre no era suficiente montaña que escalar, los rojiblancos se pusieron la zancadilla cuando ya habían alcanzado la cima y tuvieron que empezar de nuevo con sólo 20 minutos por delante y un hombre menos. Así son ellos. Finalmente, una falta maravillosa de Simao a la escuadra le dio al Atleti el pase a cuartos, le puso la Copa a tiro y provocó un delirio como no se recordaba en el Calderón. Fue un partido imperfecto, por supuesto, lleno de errores en defensa y desequilibrio, pero era un día para la emoción y el carácter, no para ponerse académicos, y en esa materia como el Atleti hay pocos.

Como era evidente, el Atleti salió en tromba con cierta permisividad por parte del Recre, excesivamente acobardado de inicio, con diez jugadores en su campo y, arriba, Fornaroli solo contra el mundo. El plan de ataque rojiblanco era claro: ante la duda, la pelota a Agüero. Era cogerla Kun y a los defensas del Recre les entraba el tembleque. El primer defensa ni le veía pasar, el segundo apenas le rozaba y sólo a partir del tercero había opciones de que se la quitaran.

A la vera del argentino fue creciendo Forlán, que con su socio es el doble. El uruguayo multiplicó su presencia y dio los pases de los dos primeros goles en apenas tres minutos, cada uno desde una banda. El primero lo remató Simao y el segundo Agüero. Sólo entonces, ya con 25 minutos jugados, el Recre dio señales de vida.

Pero le bastó estirarse un poco para descubrir el filón que tenía enfrente. Era suficiente con que Fornaroli, enorme toda la noche, se arrimara a Perea para que hubiera lío. Por fortuna para el Atleti, Domínguez arregló casi todo lo que rompía el colombiano con la ayuda de Ujfalusi, un profesional. El checo la pifió en la ida y respondió ayer con un partido enorme en defensa y ataque que rubricó con el 3-0, un cabezazo en un córner.

Y así llegó el descanso, pero si alguien creía que ya estaba todo hecho, no conoce al Atleti. Nada más salir, Perea le regaló un balón a Fornaroli que perdió el mano a mano con De Gea. No fue la última del Recre, ya que sendos disparos de Javi Fuego y Carmona provocaron dos grandes paradas del canterano. Pero, después de que Forlán pecara de egoísta y diera al larguero cuando tenía a Kun solo para empujarla, llegó el 4-0 en una de esas jugadas cómicas que abundan en el Calderón. Ya que el balón se paseaba una y otra vez sobre la línea sin que ningún rojiblanco la metiera, Troest acabó con el sufrimiento marcando en propia puerta.

Todo parecía resuelto, pero entonces enloquecieron el partido y Assunçao. El Atleti no supo ponerle pausa al choque y el mediocentro hizo lo que nunca hace: complicarse. intentó regatear a Carmona en el área y perdió la pelota. Gol y terror. Aún más, cuando dos minutos después vio la segunda amarilla, preso de la histeria.

Y ahí estaba el Atleti disfrazado de Atleti, necesitando un gol y con un hombre menos. Con los 30.000 valientes que fueron al gélido Calderón cantando como locos, con el Recre rozando el segundo y la sensación de que si un OVNI aterrizaba en el césped nadie se inmutaría. Pero no fue un OVNI, fue una falta de Simao a la escuadra la que desató la locura con la grada gritando el 'Te quiero, Atleti' y soñando con un título. Pudo ser un drama, fue un delirio. Lo dicho, a su manera.

viernes, 8 de enero de 2010

Nuevo esperpento atlético para tirar la Copa


Qué baño, qué humillación, qué ridículo más espantoso. El Recre, seis partidos sin ganar en Segunda y plagado de suplentes, dominó al Atlético con una superioridad aplastante. La rojiblanca fue una de las demostraciones de impotencia más increíbles que recuerdo y eso que uno ya ha visto con este equipo cosas más increíbles que el replicante de Blade Runner. Pese a adelantarse muy pronto, el Decano tuvo la posesión del balón durante el 62 por ciento del partido y no permitió una ocasión medio clara de su rival. No fue un triunfo, fue un abuso.

Dijo Quique nada más acabar el partido que "los jugadores deben hacerse un replanteamiento de su profesión para pasar la eliminatoria". Uno añadiría que para seguir viviendo de esto. Porque la actitud de los futbolistas del Atlético fue deplorable, como si pensaran que por ganar al Sevilla se olvidaban todos los fiascos de la temporada, como si el Recre no mereciera la atención ni el respeto de profesionales tan 'ilustres'. Pim, pam, pum: 3-0. Eso se llama lección.

Dentro del desastre general rojiblanco, hubo mucho villano y alguna víctima como De Gea, que poco pudo hacer en los goles, y, sobre todo, Cedric. El congoleño debutaba y asumió mucho protagonismo de inicio, encarando y atreviéndose. Fue el único atisbo de luz en la oscuridad, pero su estreno acabó en drama cuando Aitor se tiró ante él y el árbitro pitó el penalti que Barrales transformaría en el 2-0. Justo después, a los 24 minutos, Quique sustituyó al chaval para tapar el boquete que había abierto Ujfalusi con una irresponsabilidad.

Porque el punto de inflexión no fue el 1-0, que marcó Fornaroli a los 14' gracias a un buen centro de Aitor y la generosidad habitual de la defensa atlética. No. Fue la expulsión del checo cuando, para evitar una contra tras un córner, se cegó y entró con los tacos a la altura de la rodilla a Fornaroli. Si le pilla bien, le desgracia. Indiscutible roja, pese a que el árbitro no mantuvo luego el mismo rasero con Córcoles.

Tras la expulsión llegó el 2-0 y si alguien esperaba una reacción visitante se quedó con las ganas. Sin Agüero y con Forlán en perpetua depresión, el Atlético se queda en un conjunto de futbolistas entre apañaditos y vulgares. Si no sale enchufadísimo, le gana cualquiera. De los defensas ya se ha hablado largo y tendido, pero no están solos: Camacho y Cléber no sumaron nada a lo que suele dar Raúl García, que es muy poco. Reyes hizo algún intento, pero su resurrección tiene hasta ahora más estilo que sustancia. Jurado se ha diluido como un azucarillo. Simao es una sombra.

Justicia.
Así, la segunda parte fue un monólogo del Recre, con Emilio Sánchez marcando los tiempos, Aitor omnipresente, Barrales aprovechando muy bien su envergadura y Fornaroli su movilidad. Y cuando al uruguayo se le agotaron las pilas, entró Candeias para dar la puntilla a un Atlético que no se merecía llevarse la eliminatoria medio viva al Calderón.

La Copa era el gran objetivo para salvar la temporada y... mal pinta el asunto. En las palabras de Quique ("Algunos no me van a defraudar más") se entiende que varios futbolistas están sentenciados y es previsible que los fichajes se precipiten ahora. Es difícil saber con este Atleti cuando toca fondo, pero si no lo hizo ayer resulta difícil imaginar cómo puede caer aún más bajo.


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El Depor conquista Mestalla


El Deportivo ganó en Mestalla con la seriedad de siempre, pero con más ambición que de costumbre. Sobre todo en un arranque letal de la segunda parte que le permitió poner la proa ante un Valencia inconstante. El equipo de Emery probó primero el fútbol directo que le daba la presencia de Zigic y, más tarde, la suavidad perdida y recuperada con la vuelta de Silva. Entre medias, el Depor encarriló la eliminatoria a pesar de que, en teoría, Lotina había devaluado la alineación tras reservar a Aranzubia, Manuel Pablo y Colotto; en la práctica, fue un once poderoso en el que decidieron la contundencia de Juan Rodríguez, la habilidad de Pablo Álvarez y la versatilidad de Guardado.

El Depor aprovechó la superioridad numérica en el centro del campo para masticar más el encuentro con transiciones largas. El Valencia irrumpió a tirones, preferentemente con pelotas largas, pero con media docena de ocasiones que unas veces neutralizó el portero Manu, otras los fallos en el remate y, en la primera, el error arbitral, que anuló un gol legal de Marchena.

Emery apostó por dos delanteros de salida: Zigic y Villa. El punta serbio estuvo en todas, prolongando de cabeza los balones a los que acudían Joaquín, Mata y Villa, o tratando de ser solidario en la defensa de las jugadas de estrategia. Zigic quiere ganarse un puesto en el equipo y pone pasión en el intento. Otra cosa es que al modelo de jugar con dos puntas le faltara finura, seguramente porque está poco ensayado: el técnico apenas lo experimentó durante la pretemporada.

El extremo Guardado encontró una mina en el carril izquierdo, donde limpió a Miguel con suma facilidad. En una de esas, su pase de la muerte se chocó contra Moyà tras el remate de Ricki, que se retiraría poco después lesionado. Filipe y Guardado, a su vez, le cerraron las puertas a Joaquín, mal acompañado por un desfondado Miguel. De ahí que Joaquín, más que por el extremo, encontrara espacios por dentro, buscando las cosquillas de los centrales. A duras penas llegó hasta la línea de fondo.

El Depor creó mucho peligro en los balones aéreos cruzados, mal medidos en su mayoría por parte del portero Moyà, que acusó la falta de partidos. El meta mallorquín se resarció en el uno contra uno: le tapó a Adrián todos los huecos.

El Valencia arrancó frío la segunda parte y el Deportivo le recordó que no había firmado ninguna tregua. Guardado se anticipó a los centrales y remató de primeras, con el exterior de la zurda, a un centro de Juan Rodríguez desde la derecha. Omnipresente Rodríguez, tanto en ataque como en defensa (era el encargado, además, de marcar al gigante Zigic en las acciones de estrategia).

El Valencia se descompuso tras el gol encajado. Perdió completamente el centro del campo y dio pena ver a Zigic tratando de ayudar en esa zona en la que debería ser sólo un visitante ocasional. El Depor se sintió cómodo y el pase largo de Zé Castro desde la medular fue una invitación que Pablo Álvarez no podía rechazar: ganó la carrera a Dealbert, lo recortó con la derecha y remató raso a gol con la izquierda.

La reacción de Emery pasó por recuperar su esquema preferido, al dar entrada a Silva y a Fernandes, tratando de recomponer el centro del campo perdido. Lo logró porque Fernandes le dio mayor ritmo a la circulación y Silva todo lo demás: juego entre líneas, posesión del cuero y el gol de espuela tras el remate fallido de Banega. El Depor se asfixió eventualmente, pero el buen manejo de Guardado sacó a su equipo del agujero. En su enésimo retorno, Vicente suplió a un apagado Mata, pero no fue el revulsivo de otras veces. Demasiada firmeza en la defensa del Depor.

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El Alcorcón se baja de la carroza


Primera llegada y gol. Así de duro fue el despertar del Alcorcón en Copa . En el sorteo rezaron para que les tocara el Barça, pues le tocó el Racing. Un Racing que tardó 30 minutos en acercarse a la portería del conjunto amarillo pero al que le bastó con eso, una jugada a balón parado, para adelantarse en el marcador y frenar el empuje de los locales. No tuvieron suerte Borja, ni Sanz, un gigantón de dos metros, tampoco Sergio Mora. Entre los tres, y con los pases de Ernesto y Carmelo, arrinconaron a los cántabros en su área pero no tuvieron la misma lucidez que contra el Real Madrid el 27 de octubre.

Y eso que, por si acaso, cuando el árbitro lanzó la moneda, los locales pidieron atacar de izquierda a derecha, como hicieron contra los blancos. Pero el Racing no fue el Madrid. Y por si hacía falta dejarlo claro, puso las cosas en su sitio nada más empezar la segunda parte, por mucho que los seguidores locales no pararan de cantar "El año que viene: Racing-Alcorcón [deseando el ascenso de su equipo y que el rival baje de categoría]". No habían pasado ni 60 segundos cuando Geijo marcó el segundo tanto. Miguel Ángel Portugal lo había advertido: "Seríamos tontos si no hubiésemos aprendido la lección". Se refería, claro, a la lección que los de Anquela dieron al Madrid de Pellegrini.

Han pasado dos meses y medio desde aquella victoria histórica (4-0) y en Santo Domingo siguen las costumbres de siempre, menos la del cuento de hadas. Un puesto donde tomar un caldito a 1,10 euros en una de las esquinas del estadio; otro donde tomar bocadillos a 3,50 y cervezas a 1,70 justo en la entrada; serpentinas de gente en los aledaños del estadio buscando la puerta de acceso idónea por la que entrar... hasta el orden de las canciones que puso el speaker a todo volumen durante el calentamiento (y no, en su banda sonora no figura Paquito el chocolatero).

En la minúscula sala de prensa contigua, aparecieron, mientras, dos estufas eléctricas. Detrás de tres ventanas enormes por las que se ve el palco y el campo, unos 60 periodistas esperaban impacientes, hace dos meses y medio, que Pellegrini y Valdano contestaran a un sinfín de preguntas. Anoche, había tan sólo cuatro periodistas. El despliegue policial, eso sí, se correspondía a las exigencias de un partido de Copa. Mientras, como dijo un policía, "en un partido de Liga como mucho venimos seis", esta noche había unos 80. El césped del Santo Domingo tampoco fue el mismo en el que se encallaron Raúl, Guti y compañía. La lluvia de las últimas semanas lo transformó en un patatal de barro.

Ahí dentro parecían desplazarse a gusto los jugadores de Anquela. Pero Juanma, ex del Atlético, el meta contra el que se estrellaron Van der Vaart y Van Nistelrooy aquel 27 de octubre, el meta que lo paró todo, se transformó anoche de repente en un ser terrenal y regaló dos de los tres tantos del Racing. Nagore también sufrió la misma transformación; se convirtió en un jugador opaco. La remontada, con estas premisas, se hace casi imposible. Incluso para el equipo de Segunda B que un día de octubre humilló al Madrid de los 250 millones de euros gastados en fichajes.

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Siesta del Villarreal


Puede estar deprimido en el pozo de la Segunda, pero el Celta parte de una premisa: le da un buen trato a la pelota. Eusebio, su técnico, empieza a pensar que por ahí vienen parte de sus miserias, pero en Copa, sin las apreturas de la clasificación y ante un rival de fuste, invitó a sus chicos a recuperar el libreto, a combinar y gustarse, a sorprender a un Villarreal que desde la alineación dejó claro que llegaba a Balaídos a resolver y ahorrar esfuerzos en la vuelta, pero que firmó un partido lamentable.

Sin una referencia clara en ataque, el Celta planteó una guerrilla , Aspas y Dani Abalo, dos extremos que se movían por todo el frente del ataque. Trashorras, un talento, los movía desde atrás. Sufrió el Villarreal, que tuvo una tarde más incómoda de lo que esperaba, pero también mostró su poderío. Fue como un puñetazo en la mesa. A Cani le concedieron dos segundos para buscar el desmarque de Llorente, que se encontró una zaga amable, adelantada y con los centrales muy separados que aprovechó el agujero para marcar.

Delicado como anda, el Celta ofreció síntomas de decaimiento. Llegó un segundo tanto del Villarreal en otro despiste defensivo que de nuevo aprovechó Llorente, pero que frustró un asistente de Turienzo en un error de apreciación. Fueron los peores minutos del Celta, que supo emerger porque buscó el balón. Por el camino llegó la lesión de Aspas, una mala noticia ante la que llegó una buena solución porque entró Arthuro entre las muestras de desagrado de la grada, que no le traga. Alto, fuerte y sin excesiva clase, al menos es un delantero. Marcó justo antes del descanso con un buen testarazo tras una falta que Trashorras le puso en la frente.

Eusebio retiró a su mediocentro más defensivo, López Garai, para abrir nuevas vías de ataque con Saulo. Ni siquiera así ganó superioridad en la medular el Villarreal, que selló una segunda parte deplorable con un único disparo a puerta, un intento lejano de Cazorla que apenas inquietó a Yoel. Tuvo más argumentos el Celta, pero también mucha ternura, plagado de jóvenes canteranos como estaba, con doce chicos de la casa en la convocatoria. Plantó cara a un rival al que le bastó cerrarse para sacar un empate que le deja cerca de los cuartos de final.

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Un autogol da vida a un buen Getafe


Un gol en propia puerta del defensa serbio Stepanov complicó la existencia en la Copa al Málag a y alimentó las esperanzas del Getafe, equipo que mostró excelentes maneras en la primera mitad del encuentro y que en la segunda perdió el encanto, limitándose a vivir de los regalos de su rival. El Málaga encontró durante buena parte del choque el refugio ideal para disfrutar del fútbol alejado de las penurias que le depara la Liga. Sólo así puede explicarse que el equipo andaluz, que había cosechado nada más que una victoria en sus últimos 17 encuentros, asistiera perplejo a colocarse con 2-0 en el marcador después de un primer tiempo en el que sus dos lanzamientos a la puerta defendida por Codina se tradujeron en goles. Apoño y Edinho plasmaron la superioridad local en el marcador, pues en el juego el equipo que expuso más, dominó y llegó con enorme soltura al área rival fue el Getafe.

Hace tiempo que el equipo madrileño se ha convertido en un grupo competitivo, un carácter que se vio reforzado por la apuesta de su entrenador, Míchel, quien consciente de que el camino más corto para la gloria puede llegar en la Copa, sacó un once inicial plagado de titulares. Lo que no entraba en los planes del preparador es que sus jugadores se mostraran tan desacertados de cara a la meta contraria.

El Getafe gozó de hasta cinco ocasiones en ese primer tiempo y, sin embargo, el gol lo puso el Málaga. El equipo de Muñiz, al que le cuesta un mundo marcar, hizo dos casi de la nada. El Getafe no se encontró cómodo en la segunda parte. Sólo Pedro León lo intentaba, pero el equipo no respondía como bloque. Fue el Málaga el que de forma increíble se hizo un gol en propia puerta para dejarlo todo para la vuelta.

El líder de Segunda supera a Osasuna


El Hércules, líder de la Segunda División, se impuso a Osasuna , de Primera, en el partido de ida de la eliminatoria de octavos de final de la Copa del Rey que les enfrenta, tras un encuentro en el que el conjunto alicantino demostró su buen momento y que es un claro candidato a jugar la próxima campaña en la máxima categoría. El partido resultó entretenido desde sus primeros compases ya que los dos equipos intentaron buscar la portería rival o, cuanto menos, no se dedicaron exclusivamente a defender su meta de recibir algún gol.

Tras diez primeros minutos de empuje local, Osasuna enseñó sus armas y avisó de su peligro por medio de dos cabezazos de Dady y Galán, los jugadores más avanzados del conjunto de José Antonio Camacho en la noche de hoy. Sin embargo, el Hércules ya había demostrado de inicio que quería jugar de tú a tú el partido y en una buena triangulación de Tote, Rafa Jordá y Cristian -tres jugadores que pusieron en muchas complicaciones a la defensa del conjunto navarro- fabricó el primer gol del partido.

Fue una jugada de tiralíneas en la que Cristian acabó empujando el balón a la red ante el júbilo de los pocos espectadores que se dieron cita en el Rico Pérez -la intensa lluvia caída durante todo el día en Alicante perjudicó seriamente una entrada que se preveía importante-. Tras el tanto, el Hércules siguió buscando la portería de Osasuna, defendida hoy por Roberto, y Del Olmo y, de nuevo, Cristian, pudieron aumentar la ventaja del equipo de Esteban Vigo.

Mientras Osasuna tuvo en los pies de Dady su mejor oportunidad para empatar el choque antes del descanso, pero el portero Unai Alba frustró la ocasión del delantero navarro. Tras el descanso, Osasuna logró igualar la contienda después de que Galán enviara a la red un mal rechace de Unai Alba a un tiro lejano de Rúper. Sin apenas haberlo merecido, el conjunto navarro devolvía las tablas al marcador y el Hércules empezó a pasar unos minutos de duda.

De hecho, prácticamente en la siguiente jugada y tras una parada de Unai Alba a Galán, Vadocz pudo adelantar a los visitantes. El Hércules se rehizo con el paso de los minutos y empezó a pisar de nuevo el área rival, sobre todo tras el aire fresco que supuso la entrada en el campo de Delibasic y Kiko Femenia. Así hasta que una jugada entre Kiko y Cristian la acababa convirtiendo Del Olmo en el 2-1, que premiaba la insistencia del conjunto alicantino.

En el último cuarto de hora se produjo el debut en el Hércules del delantero, ex de Osasuna, Javier García Portillo. El ariete de Aranjuez tardó poco en demostrar su calidad y estuvo a punto de estrenar su casillero goleador en un tiro de falta que estrelló en el palo. En los últimos minutos, Osasuna intensificó su juego ofensivo en busca del empate, que no llegaría ante la buena labor defensiva del Hércules.